Discurso de Don Carlos Javier en Valencia con motivo de la Festividad de la Dinastía Legítima Valencia 2019
Buenos días amigos,
Hemos vuelto a Valencia, después de mi visita del año 2012 en la que pude estar con vosotros en el Monasterio del Puig, símbolo de la identidad valenciana, identidad de un pueblo amante de sus libertades y tradiciones.
Hoy estamos de nuevo en Valencia para celebrar, sí, para celebrar, en concreto nuestra tradicional Festividad de la Dinastía Legítima. Acontecimiento que desde hace años nos reúne a todos los carlistas para seguir trabajando por nuestra causa.
Causa que se podría definir con palabras, como haremos más adelante, pero también se puede definir o mostrar con gestos y símbolos.
Hoy lo hemos vuelto a hacer. Con el juramento de los Fueros de Valencia hemos vuelto a demostrar que el Carlismo es pueblo, y como pueblo, defiende y respeta los derechos, garantías y libertades que él mismo se ha dado.
Por ello y como Jefe de la Dinastía Legítima los he jurado hoy, cómo juré los del antiguo Reino de Navarra en el año 2012 y OS PROMETO que juraré todos y cada uno de los Fueros de las Españas.
España, nuestras Españas, viven un presente político complejo. No han pasado más de tres (3) semanas desde las últimas elecciones y la INCERTIDUMBRE sigue intacta. Por ello hay que decirlo bien alto, sin entrar en valoraciones partidistas, lo que las Españas necesitan es un gobierno estable que pueda hacer frente a las diversas problemáticas que se avecinan y a las que hay que dar respuesta.
Ante este panorama, que amigos, se replica en toda Europa, tenemos que hacerlo frente sirviéndonos de nuestro legado, que defendemos y del cual no renegamos, pero que se debe ir adaptando permanentemente a los desafíos del presente, y previsible futuro.
Los Carlistas no somos nostálgicos, ni vivimos del pasado. Nuestra razón de ser consiste en avanzar y articular en cada época los valores y principios populares de participación real y autogestión a todos los niveles.
Por ello debemos proponer, que no enfrentar, las siguientes alternativas:
Frente a la judicialización de la política y la politización de la justicia, que no son más que modos y tácticas para eludir responsabilidades y además de enquistar los problemas. Nosotros proponemos el diálogo sereno en sedes parlamentarias, con luz y taquígrafos, y con clara voluntad de hallar soluciones mediante el Pacto.
Los políticos deben abandonar la demoscopia y el marketing como instrumentos más valiosos, para bajar a la plaza pública, asumir sus responsabilidades, percibir el sentir del pueblo y obrar en consecuencia.
El debate sobre las reivindicaciones nacionales es irresoluble desde los respectivos egoísmos y desde horizontes situados a dos palmos de los asesores, menos aún con estrategias que únicamente consideran la rentabilidad electoral a corto plazo.
Pasemos TODOS, de la crispación y de la queja a las propuestas responsables.
Somos FEDERALISTAS y por tanto defendemos el autogobierno, eso sí, manteniendo los lazos de solidaridad y el apoyo mutuo, pero libre, entre todas las nacionalidades que conforman las Españas.
La democracia foral que defendemos parte de un hecho histórico, pero que es un concepto filosófico-político que se basa en el derecho de los pueblos a afirmarse y autogestionarse.
Frente al populismo, me da igual que provenga de la Derecha o de la Izquierda, proponemos la SERENIDAD. Término casi inexistente en la discusión política actual, pero que nosotros los Carlistas, con nuestros más de 185 años de historia, sabemos conjugar con la defensa a ultranza de las libertades de los pueblos.
El populismo no es la solución a los problemas que presentan las Españas y Europa en general; el hacer uso de los instintos en política, lleva a radicalizar las posturas e implantar discursos de “o conmigo o contra mí”.
Frente a estos discursos radicales, los Carlistas debemos proponer nuestras alternativas. Somos los únicos capaces de tender puentes con toda la sociedad, porque nuestras propuestas parten del pueblo y NO excluyen a nadie.
Lo he dicho en repetidas ocasiones: NADIE SOBRA.
¿Y qué sucede con la casa común de la humanidad, la tierra? ¿No es “gestionar” el bien común el defender otro modelo económico y productivo que sea respetuoso con el planeta?
En este sentido traigo a colación la Cumbre Mundial del Clima que comienza mañana en Madrid.
Una cumbre muy importante, en la que nosotros NO podemos quedarnos fuera.
A nuestra generación le ha tocado afrontar esta realidad: Estamos matando al planeta, y frente a ello debemos reaccionar.
Los estados pueden adoptar medidas, pero lo que es realmente necesario es una “conversión” de cada uno de nosotros.
La ética ecológica viene también fundamentada por nuestros valores cristianos. Valores que construyeron las Españas y a Europa, y que nosotros, los carlistas, hemos defendido y defenderemos, porque consideramos que es un bien del pueblo.
Los cambios nacen y se hacen realidad en las personas. Eje central de todo.
¿Dónde queda la dignidad de la persona? ¿La dignidad de la persona no está intrínsecamente vinculada a la ética ecológica?
Debemos reflexionar y sobre todo ACTUAR.
Ayer en el encuentro con los jóvenes carlistas lo estuvimos debatiendo y me lo dejaron muy claro: QUIEREN Y NECESITAN ACTUAR.
Por ello debemos actuar en todos los ámbitos: mundo del trabajo, en la universidad, en la sociedad civil…
Nuestra actuación debe estar muy clara. En todo proyecto en el que se defienda la dignidad de la persona, el desarrollo integral y las libertades populares, ahí tiene que estar un carlista para ayudar y demostrar que el cambio empieza con uno mismo.
Para finalizar, quiero agradecer a la ciudad de Valencia, a sus habitantes, a los miembros de la sociedad civil y representantes de la política valenciana, con los que he podido departir y captar los problemas y anhelos de este laborioso pueblo.
No puedo en fin, reflejar un cariñoso recuerdo a dos personas, recientemente fallecidas que en su momento, colaboraron estrechamente con mi padre, como son Laura Pastor y Leandre Adsuara, para ellos, mi agradecimiento profundo, así como para su familia.
Muchas gracias.
Dado en Valencia 01 de diciembre 2019